
Una de las tecnologías que más han avanzado en el sector de la seguridad es el de las cámaras térmicas que aportan una mejor vigilancia en entorno de oscuridad lluvia o niebla, por lo que aporta una seguridad muy específica para ciertos entornos.
La fiabilidad de cualquier cámara como solución de detección de intrusos radica en el análisis de vídeo, que emplea algoritmos predeterminados para procesar imágenes digitales en un intento de identificar objetos o actividades de interés
Por ello gracias a las cámaras térmicas y al uso de la termografía, podemos determinar las temperaturas de los objetos y personas a distancia, captando la radiación infrarroja que emiten sin necesidad de contacto físico.
Los usos pueden ser detectar posibles intrusos, cuando las condiciones así lo requieren, por ejemplo, en entornos donde haya humo, polvo, niebla ligera… incluso en condiciones de oscuridad.
También puede ser muy útil para prevención en entornos industriales para prevenir incidentes y la gestión de Calidad
Poder tener imágenes térmicas de calidad representa un plus de protección para cualquier empresa, ya que las cámaras infrarrojas permiten detectar todo lo que no es posible ver a simple vista, sean cuales sean las condiciones de iluminación de un espacio determinado. Por lo tanto, con estos dispositivos una empresa puede rentabilizar mejor su inversión en sistemas de seguridad, controlar las falsas alarmas y superar los problemas de detección de cualquier tipo de objeto por falta de luminosidad o limitaciones visuales de cualquier tipo.
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